Estamos seguros de que os habéis divertido hasta caer exhaustos, de que habéis jugado a lo inimaginable (nunca infravalores la imaginación de un niño), que volvéis más morenitos y convertidos en unos grandes pececillos (tanto papis como peques).

Durante este periodo estival, habrás descubierto que el agua no es exclusivamente un medio para la enseñanza de natación, sino que favorece muchos otros aspectos del desarrollo y del aprendizaje de tu hijo y que le viene estupendamente, no solo en el medio acuático, sino en varios aspectos de la vida.

Visto esto, no tiene mucho sentido concentrar la práctica de esta actividad en los meses de verano y una vez que se acaban las vacaciones, pasar nueve meses esperando, para después tener que volver a partir casi desde el principio.

Es por esto que te recomendamos que procures a tus hijos medios de continuación con esta actividad aún después del periodo vacacional y por supuesto, consigue que ésta sea realizada con métodos de enseñanzas en los cuales el protagonista sea obviamente el niño y donde se respeten los principios básicos de la enseñanza de la matronatación y de la natación infantil. Y por supuesto, elige siempre instalaciones adaptadas, que cuenten con recursos para tu bebé y que estén preparadas para el invierno y el frio.

En nuestra opinión será más que suficiente una clase por semana para favorecer la continuidad de la actividad y el perfeccionamiento de la técnica, así que desde aquí, os animamos a seguir nadando!

¡Nos vemos en la próxima entrada!

Elena C.