Hola amigos/as!

Hace algunas semanas hablábamos sobre seguridad en piscina y os proporcionábamos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de evitar accidentes. Esta vez, queremos hacer una continuación de dicha entrada y ampliar información sobre este tema ya que puede pasar, que aún cumpliendo todos los consejos de seguridad se produzcan imprevisto o accidentes. Y en estos casos debemos estar preparados para intervenir.

Comenzaremos diciendo que la premisa más importante ante cualquier tipo de accidente será actuar con rapidez. Existen casos en los que el tiempo de actuación será determinante.

Los pasos generales a seguir en caso de accidente serán: mantener la calma (y hacer que el resto la mantenga), evitar que se produzcan nuevos accidentes, valorar la gravedad de la lesión, decidir el tipo de intervención, y solicitar ayuda médica si fuera necesario.

A continuación os vamos a enumerar las lesiones más frecuentes que podemos encontrarnos en la piscina o en la playa y os contaremos cómo actuar en cada situación si se diera el caso.

1º CONTUSIONES: Este tipo de golpe no provoca herida abierta, pero puede aparecer amoratamiento y/o hinchazón en la zona afectada. En ese caso, lo más recomendable será aplicar frío y alguna pomada vasoconstrictora para reducir los efectos. Si observamos deformación, lo recomendado será inmovilizar la zona afectada ya que podría ser síntoma de fractura ósea (que veremos más adelante).

Si la contusión se produce en la cabeza, además de lo anterior citado, observaremos si el golpe va acompañado de vómitos, mareos, pérdida de conciencia o sudoración en la horas posteriores. En este caso recomendamos que el niño sea examinado por un médico. Y por supuesto, si percibimos alguna señal de falta de movilidad o dificultad respiratoria, deberemos buscar asistencia profesional de inmediato.

2º HERIDAS: Éstas pueden ser causadas por cortes, abrasiones, punzamientos, etc. La intervención consistiría en: cortar la hemorragia utilizando gasas estériles, y presionando sobre la herida, limpiarla con agua y jabón y cubrirla con gasas limpias, sujetándolas con esparadrapos.

Si la hemorragia no cesa, existen cuerpos extraños en la herida o sospechamos que puede necesitar alguna vacuna, sutura o antibiótico, acudir donde un médico lo determine.

En caso de heridas en los ojos, se recomienda no aplicar presión y lavar el ojo con agua. Si observamos cuerpos extraños incrustados acudir a un especialista.

3º TORCEDURAS: Este tipo de lesión se produce por una postura forzada y brusca, normalmente en muñecas o tobillos, donde la musculatura y los ligamentos se distienden. Suele presentar dolor al apoyar o mover, hinchazón y a veces, amoratamiento. ¿Cómo actuar? Aflojaremos cualquier prenda que pueda oprimir la zona afectada (como zapatos), aplicaremos frío y trasladaremos al niño donde un profesional determine un posible esguince, rotura de ligamentos o fractura ósea.

4º FRACTURAS: Pueden causarse por golpes muy fuertes o torceduras muy forzadas. Presentan deformidad en la piel, amoratamiento, hinchazón y/o dolor intenso. En estos casos no debemos tocar el hueso ni tratar la herida (en caso de que exista). Lo recomendado será: Inmovilizar la zona con un cabestrillo o entablillado sencillo, cubrir la herida (si se diera el caso) con gasas estériles, sin aplicar ningún desinfectante y acudir al médico para que valore su gravedad.

Y hasta aquí un repaso por las contusiones más comunes entre pequeños. En nuestra próxima entrada hablaremos sobre otro tipo de incidentes y primeros auxilios que os van a resultar muy útiles.

¡No te lo pierdas!

Elena C.