Hola amigos!
Seguro que más de una vez habréis oído decir algo parecido a esto o incluso os ha podido pasar a vosotros.
Es algo más normal de lo que parece y puede ocurrir por varias razones.
Empecemos poniendo un ejemplo práctico para verlo con claridad:
¿Alguna vez has aprendido algo, como por ejemplo a conducir? Al principio vas muy cauteloso con cien ojos en todas partes y bastante inseguro, hasta que sientes que controlas algo más. Después te vas sintiendo cada vez más confiado y cuando parece que controlas… de repente te llevas un sustillo que te hace retraerte un poco en tus avances, y en algunos casos incluso te planteas abandonar.
- La capacidad de flotación e ingravidez que proporciona el agua favorecen la libertad de movimientos de la embarazada. Así podemos realizar ejercicios que en seco serían arriesgados por la posibilidad de esguinces, lesiones, dolor e incomodidad
- En el agua pesamos menos, disminuye el efecto de la gravedad, lo que disminuye la presión que sufren las articulaciones, relaja la zona lumbar, peso sobre las rodillas, tobillos…
- En el agua no hay riesgo de traumatismos, caídas, movimientos bruscos ni de daño al feto.
- No hay riesgo de hipertermia de la madre que pueda afectar al feto.
- El agua es un medio ideal que propicia la relajación de la madre.
- Realizar ejercicio físico en el agua, de alguna manera, hace que la madre respire de forma consciente y controlada, aumentando su capacidad pulmonar y de esta forma se va entrenando para llegar al parto y a los pujos adecuadamente.
Debemos pensar que el parto y el pos-parto son pruebas físicas y mentales importantes, es como correr una maratón, vamos a poner nuestro cuerpo y nuestra mente a prueba… ¿Por qué no entrenarnos para llegar de la mejor manera posible?
- La posición horizontal facilita una mejor distribución del peso del cuerpo sin sobrecargar una zona en particular.
- Al ser una actividad aeróbica mejora el sistema cardiorespiratorio.
- Proporciona tonicidad a los músculos, ejercitando brazos, espalda, zona abdominal y piernas, por lo que se la considera una actividad completa.
- Contribuye a relajar las zonas más sobrecargadas durante el embarazo. Son comunes los dolores de espalda, de cintura… provocados por la redistribución del peso del cuerpo y la típica postura de mujer embarazada.
- Ayuda a controlar la ganancia de peso.
- Ayuda a sentirse ágil, activa y a gusto consigo misma.
- Aumenta niveles de endorfinas y por tanto la sensación de bienestar.
Otra de las preguntas que más nos hacen nuestras mamis es: ¿Hasta cuándo me puedo bañar estando embarazada?
A pesar de que existen muchos mitos alrededor de esta pregunta, lo cierto es que la embarazada puede iniciar la actividad desde el primer momento del embarazo, siempre que su obstetra le dé el consentimiento y puede finalizar la actividad el mismo día que se ponga de parto. De hecho cuanto más avanzado está el embarazo mayores beneficios notará la mujer al salir del agua y lo cierto es que más les apetece estar en un medio en el que pesan menos…
Y para finalizar, unas recomendaciones generales propuestas por nuestra matrona Yoryany Montaño Toro.
1. Lo primero, recordarles que el ejercicio físico forma parte de un estilo de vida saludable, por tanto tal y como nos indican en la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) debemos continuar con estos hábitos si ya los teníamos o iniciarlos, ya que el embarazo es un buen momento para ello: 3-4 veces a la semana, 30 minutos al día. Si es la primera vez se debe comenzar con 5 minutos al día y aumentando 5 minutos a la semana, no más de 45 minutos.
2. El objetivo de las clases de natación es mantener un buen estado físico, no llegar a un nivel de competición, por tanto el nivel debe ser moderado y siempre bajo la supervisión de la matrona.
3. Evitar riesgo de pérdida de equilibrio o daño fetal, (situación que en el medio acuático está muy bien controlada)
4. Si no hacíamos ejercicios de suelo pélvico antes, el embarazo es un buen momento para iniciarlos y luego continuar en el posparto para evitar prolapsos, incontinencias, recuperar una vida sexual satisfactoria…
5. Y por último recordar que el ejercicio físico durante y después del embarazo no altera ni la cantidad ni la calidad de la leche materna y si se realiza con el profesional sanitario adecuado y preparado( matrona) no supone ningún impacto sobre el recién nacido.
¡Y hasta aquí nuestro post de hoy!
Elena C.
Para cualquier duda, propuesta o consulta: aurora@chapoteos.com