¡YA ESTÁ AQUÍ! ¡Ha llegado el bebé! A esta inmensa felicidad por el recién llegado suele unirse un sentimiento de miedo e incertidumbre, y llegados a este punto empezamos a plantearnos un montón de preguntas: ¿Mi bebé duerme demasiado? ¿Llora mucho? ¿Eso que hace es normal? Es comprensible que en los padres (sobre todo en los papás primerizos) surjan dudas sobre la normalidad de ciertas características o actos del bebé.
Pero hay cosas que son bastante normales en los recién nacidos y por lo tanto no debemos preocuparnos. Con frecuencia existen ciertos actos en la mayoría de los bebés, que pueden interpretarse de forma errónea, o al menos provocar cierta inquietud en los padres. Ejemplo de esto pueden ser: el hipo, los estornudos, pequeños ruiditos al dormir… En estos casos, nuestra recomendación es observar tranquilamente al bebé y asegurarnos de su bienestar.
La rutina de los bebés en sus primeros meses de vida seguirá un ciclo bastante repetitivo y que se resumirá en “comer y dormir”. A medida que vayan avanzando los meses, los ciclos se volverán más variables y el bebé aprenderá a organizar el día. Pero para conseguir esto, necesitará de ayuda de papá y mamá, además de estímulos de ruido, luz, masajes… Para conseguir alcanzar una rutina.
A la hora de estimular a los bebés debemos tener en cuenta que cuando el bebé empieza a sentirse sobrecargado de estímulos, comienza a hacer señales de desencanto. Si aprendes a observar a tu bebé podrás detectarlas y reducir los estímulos que están provocando su malestar evitando que vaya poniéndose cada vez más nervioso y termine llorando y gritando.
Estas son algunas de las señales (según Vimala Schneider) que tu bebé hace normalmente cuando está empezando a cansarse y que normalmente no percibimos:
– Gemidos, bostezos o hipo.
– Incremento de la succión (succiona el chupete más rápido)
– Muecas, fruncimiento del ceño, pucheros.
– Cabeza baja y ojos cerrados.
– Ojos desviados de ti, cerrados fuertemente o pestañeos rápidos.
– Aumento del pataleo, movimiento de los pies o del cuerpo en general.
– Piernas estiradas fuertemente o brazos estirados a los lados.
– Hombros elevados.
– Brazos sobre el vientre con movimientos de las manos sobre el tronco.
– Mano en una oreja, cogote o boca.
– Mano en una oreja, cogote o boca.
– Manos juntas sobre el vientre con dedo manipulante.
– Sujeción al cuerpo, ropa o ambos antebrazos.
– Rotación rápida de las muñecas.
– Risa nerviosa y cada vez más incontrolada.
Y con toda esta información, ahora toca mantener los ojos bien abiertos y disfrutar mucho del bebé.
Nos vemos en la próxima entrada,
Elena C.